¡Hola!

Soy Carmen Fernández Alsasua.

Comencé mi vida laboral en el mundo de la moda, diseñando y elaborando mis creaciones. Realmente, lo que más me gustaba era la creación de modelos. Pero aún me gustaba más la profesión de abogado, por lo que me licencié en Derecho y ejercí la abogacía.

Pero eso, por sí solo, no explicaría el título de este blog. Me propongo contarlo poco a poco con detalles.

Mi placer es escribir. He colaborado con revistas jurídicas. También con programas de una conocida ONG. Pero en los últimos años y a causa de mi condición de abuela, mi actividad más apasionante ha sido y es crear personajes interesantes y ponerlos en situaciones complejas; por eso escribo.

Mi primera obra literaria fue «El Río Mágico» y la siguiente «Aprendiz de Sabio», ambas inspiradas en mis nietos y destinadas a adolescente.

Ahora «Aprendiz de sabio se ha transformado en «La fórmula mágica».

La verdad que me gusta más el título anterior, pero no quiero asustar con un título aparentemente tan pretencioso.

«La Montaña Áurea» es mi primera novela para adultos. He terminado otra cuyo título es NO QUIERO VIVIR SIN TI. Os seguiré contando…

Mejor dicho, os explicaré por qué siempre llego tarde.

——————————————————

Fueron mis nietos los que estimularon mi necesidad de escribir. Tenía que dejar constancia de su infancia.

Primero fue una niña. ! ¡Fueron tantas las sensaciones maravillosas que descubrí con mi primera nieta! La gracia de su caminar, sus primeras palabras. ! ¡Su hermosa sonrisa siempre presente…! No quería olvidar aquellas sensaciones y escribí un relato-cuento cortito sobre ella. Lo guardé para mí, después de habérselo leído unas cuantas veces a mi primera nieta. Le gustaba oírlo, pero estoy segura de que ya no lo recuerda; era tan pequeña…Y

Escribí: CARMEN

Después fueron llegando los siguientes: un niño, otra niña, otro niño…

Bueno, los sentimientos y sensaciones que despertaban en mí ya me eran familiares, pero eso no restaba un ápice a la intensidad con que los sentía, ni a lo felices que me hacían los cuatro. Estoy segura de que todas las abuelas saben de qué hablo.

Como tantas otras personas, yo había hecho mis pinitos con la escritura en la adolescencia. Nada que merezca la pena destacar.

Tenía que escribir otro cuento en el que quedaran plasmadas sus personalidades. Sería un cuento cortito, no me veía con capacidad para otra cosa. Para mí sería suficiente, pero, ¡a ver si conseguía que también a ellos les gustara!

De ese intento nació El Río Mágico.  

Se desarrolla en un precioso pueblecito de Málaga que solo existe en mi imaginación. Los cuatro primos pasaban allí sus vacaciones del mes de agosto.

Puse un poco de magia en el ambiente. Me gusta que en las historias exista al menos un poco de magia. ¡Y la hubo! Se dieron una serie de “coincidencias” o “casualidades” en las que no creo. Es por eso que estoy convencida de que la vida real también tiene magia. Tal vez no somos capaces de apreciarla, pero estoy segura de que está ahí, esperando a que podamos disfrutarla ¡pero estamos tan preocupados por todo tipo de problemas!, que casi nunca somos capaces de verla o sentirla. Cuando alguien no puede evitar apreciar sus efectos, lo suele llamar casualidad, o suerte, o milagro… realmente no deja de ser un milagro…el de la vida.

NO ES DEMASIADO TARDE.

Cuando expreso en el título de mi blog esta realidad, no me estoy envaneciendo de ser impuntual. Nunca presumiría de tamaña falta. Mi tardanza hace referencia a otras cosas más substanciales y de una magnitud más prolongada en el tiempo. Sin desdeñar la importancia de la puntualidad.


Mi intención al contar que siempre llego tarde es animar a todas las personas que han deseado algo con ilusión, que han estado toda la vida pensando entusiasmadas en la posibilidad de realizar una actividad, conseguir una profesión, o tener un hobby, y que creen que ya es demasiado tarde para realizar su sueño, cualquiera que este sea.

Yo he llegado tarde a muchas cosas, los motivos, que iré explicando, seguramente serán fáciles de entender para mi generación, pero para la de mis nietos será, sin duda, más complicado.

Estudié tarde una carrera. Inicié tarde el doctorado. Empecé a escribir tarde.
Pero, nunca es demasiado tarde mientras hay vida.

Siempre llego tarde.

En mi caso todo empezó cuando nací tarde.
Yo vine al mundo una noche de invierno, pero las personas que estaban allí, una de ellas mi madre, creyeron que había nacido sin vida. Simplemente porque no lloraba.

Seguro que yo no veía motivos para llorar. Llegué a un hogar acogedor y lleno de amor ¿por qué iba yo a llorar?
Al comadrón se le ocurrió meterme en un balde con agua bien caliente y luego en otro con el agua completamente fría. Y otra vez caliente, y otra vez fría; no sé cuantas veces. El comadrón estaba ya a punto de desistir.
Entonces… empecé a llorar, ¿cómo no iba a llorar?
Todos los que me esperaban estaban encantados de escuchar mis lloros. ???
Pero empecé a llorar muy tarde, esa es la verdad.
Parece que esa sería mi estrella, llegar tarde a las cosas importantes de mi vida.

Aunque siempre llegues tarde

 ¡Se puntual con todos tus compromisos! Pero no te importe llegar tarde a todo aquello que todavía no has realizado porque has creído que ya no era posible debido al tiempo transcurrido.

Claro que puedes pensar que otra sería tu situación si la primera vez que lo deseaste lo hubieras llevado a efecto. Pero eso no solamente no tiene arreglo, sino que, tampoco te puede asegurar nadie que esa situación distinta sería mejor que ésta de la que ahora disfrutas.

La vida suele ser muy larga y !da tiempo para tantas cosas…!

Solo tienes que ponerte en marcha.

AÚN PUEDES… SI QUIERES

 

CONTACTO

mcarmenfernan@gmail.com