
Un amigo que se burlaba de nuestra precavida forma de entrar en el agua, se tiró de cabeza en una demostración práctica de lo que decía. El agua le dio la vuelta antes de que sus pies llegasen a tocarla. !Imposible dominar la situación!, no encontraba la forma de adoptar la postura que buscaba. A todos nos hizo reír su lucha con el agua. Lo malo fue que, cuando siguiendo los consejos que le dimos, logró estabilizarse, tenía los ojos completamente rojos y decía que le ardían; y así estuvo durante horas después de muchos aclarados con agua destilada. Lo pasó fatal.
Moraleja: Si vas a bañarte al Mar muerto, sigue las reglas elementales, al menos en el primer baño. Enseguida sabrás muy bien cómo disfrutar en un lugar tan singular. Os aseguro que después, nadie tiene prisa por salir del agua.
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