
Cuando expreso en el título de mi blog esta realidad, no me estoy envaneciendo de ser impuntual. Nunca presumiría de tamaña falta. Mi tardanza hace referencia a otras cosas más substanciales y de una magnitud más prolongada en el tiempo. Sin desdeñar la importancia de la puntualidad.
Mi intención al contar que siempre llego tarde es animar a todas las personas que han deseado algo con ilusión, que han estado toda la vida pensando, entusiasmadas, en la posibilidad de realizar una actividad, conseguir una profesión, o tener un hobby, y que creen que ya es demasiado tarde para realizar su sueño, cualquiera que este sea.
Yo he llegado tarde a muchas cosas,
Estudié tarde una carrera. Inicié tarde el doctorado. Empecé a escribir tarde.
Pero, nunca es demasiado tarde mientras hay vida.
En mi caso todo empezó cuando nací tarde.
Yo vine al mundo una noche de invierno, pero las personas que estaban allí, una de ellas mi madre, creyeron que había nacido sin vida. Simplemente porque no lloraba. Seguro que yo no veía motivos para llorar. Llegué a un hogar acogedor y lleno de amor ¿por qué iba yo a llorar?
Al comadrón se le ocurrió meterme en un balde con agua bien caliente y luego en otro con el agua completamente fría. Y otra vez caliente, y otra vez fría; no sé cuantas veces. El comadrón estaba ya a punto de desistir.
Entonces… empecé a llorar, ¿cómo no iba a llorar?
Todos los que me esperaban estaban encantados de escuchar mis lloros. ???
Pero empecé a llorar muy tarde, esa es la verdad.
Parece que ese sería mi sino, llegar tarde a cosas importantes en mi vida.
Deja una respuesta